En uno de los momentos más felices de mi vida no podía dejar de pensar en la muerte. Recién casados y felices recorríamos el mirador del Empire State, observando la ciudad desde las alturas. Mientras buscábamos el puente de Brooklyn las rejas me llamaron la atención. Si estaban allí era porque había historias trágicas que empezaban en el punto donde estábamos parados con Belén .
Ya conté en este bolg como llegamos al Empire State, pero quiero sumar dos historias que leímos esa misma noche, gracias a la conexión wi-fi del edificio más alto de la gran manzana. Evelyn Francis McHale y Elvita Adams fueron dos mujeres muy distintas unidas por un evento trágico en el edificio que supo trepar King Kong .
Unas horas después de su desayuno, ya al borde del precipicio, Evelyn Francis McHale diría sus últimas palabras “Díganle a mi padre que tengo muchas de las tendencias de mi madre”.
A la adinerada contable de Manhattan se la recuerda popularmente como la mujer del suicidio más hermoso de la historia. A sus 23 años, Evelyn se tiró del piso 83 del emblemático edificio cayendo sobre una limusina negra de las Naciones Unidas. Su muerte, acariciando las perlas de su collar, fue inmortalizada por Robert Wiles y una fotografía histórica.
Las crónicas destacan que nadie logró entender el porqué de la decisión de Evelyn. Pronta a casarse, con un trabajo estable como contadora y una familia que la acompañaba, que se quitara la vida fue una sorpresa para todos.
Eran tiempos donde mujeres como Evelyn tenían como prometedora madurez vivir en su casa, cuidar a sus hijos, aceptar un mal trabajo por una buena paga y destinar su vida a vivir el sueño americano. Nadie en su sano juicio podía elegir una historia mejor.
Quizás ese estilo de vida la hizo: tomar la decisión; ponerse su ropa de gala; sacar un boleto para visitar el Empire State; subir hasta el piso 83; sentir el viento en la cara como una cachetada; recordar a su padre y dedicarle sus últimas palabras.
A principios del mes de diciembre de 1979 el hombre ya había llegado a la luna y Elvita Adams había decidido quitarse la vida. Pero la Elvita (la pobre) no tuvo la misma suerte que Evelyn (la rica) porque ni siquiera pudo morirse.
Mientras el apolo 11 conquistaba el universo, Elvita perdía el trabajo. Neil Amstrong pisaba con gloria el suelo lunar y Elvita recorría entre lágrimas las calles del Bronx gastando a cuentagotas el cheque de menos de 100 dólares de asistencia social.
Acosada por las deudas y con la culpa de no poder alimentar a su hijo entró en estado depresivo. En la desesperación Elvita tuvo la mala suerte de saltar del piso 86 y entrar, empujada por el viento, a través de la ventana del piso 85. No sólo no se murió sino que además se fracturó la cadera.
Desde las alturas, Elvita Adams y Neil Amstrong pisaron tierras desconocidas en el año 1979. Amstrong, la luna y la señora Adams, las oficinas del piso 85 del Empire State.
Me imagino al destino de Nueva York como un señor flaco y con bigotes, por algún motivo muy parecido al tío Sam. Lo pienso moviendo los hilos de unas marionetas armadas para la ocasión, cagándose de risa ante los finales de éstas dos historias. Es que el destino en Nueva York hace que los ricos tengan su suicidio hermoso y los pobres ni siquiera puedan morirse en paz.


Que historia más triste pero real!
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Dos historias reales! Están los detalles en la wikipedia! Me parecieron poéticas
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A veces la realidad supera a la ficción. Qué el viento te empuje para que «matarte a ti misma».
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*… No sea una posibilidad.
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Las crónicas de la época nos modifican las ideas y nos relatan las historias, vos traes el recuerdo de dos historias trágicas que en cierto aspecto me recordaron a Galeano con el final de «Los Nadies»… «Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local. Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.», mientras que una era una bella muerte, a Elvita el destino no le dejo ni cumplir el deseo de morirse.
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Que honor Claudio que uses Galeano como referencia de un texto que escribí!
Creo que das en la tecla con el análisis, los medios se encargan de construir las historias y la
Memoria
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