Hace unos días me crucé con un compañero de la primaria que hacía muchos años que no veía. A priori suena excitante la experiencia, pero la realidad es que fue una cagada.
No fue poco el tiempo que nos detuvimos en la calle a saludarnos y contarnos que fue de nuestra vida en los últimos veinte años. Hubo cosas interesantes, como por ejemplo cuando Juan Ramirez Longhi me contó que estaba engañando a su actual esposa, pero la sensación fue que no habíamos hablado de nada.
Con los días me quedé pensando y dándole vueltas al tema y llegué a la conclusión de que seguramente nos detuvimos solo a narrar las tramas principales de nuestras vidas, olvidando las secundarias (que le dan ese relieve especial).
¡Cuánto más hermosas serían nuestras anécdotas si supiéramos mezclar en una sobremesa nuestra historia principal y la «de la profundidad»!
¿Qué son las tramas principales y las secundarias?
La trama principal, para reconocerla rápidamente, es sobre la que trata nuestro relato. Si le dijéramos a algún conocido “escribí hace poco algo que…” ahí tendríamos nuestra trama principal. Mientras que la secundaria, son los giros que ponemos para darle profundidad a nuestros personajes, o a nuestra historia.
Una trama mantiene alerta al lector, la otra le da profundidad. Una le dice “leeme” la otra, “porque tengo esto para contarte”.
¿Cómo utilizarlas en relatos cortos?
Una de las dificultades que tiene escribir relatos cortos es, justamente, que disponemos de pocos párrafos para desarrollar nuestras dos tramas.
Las tramas secundarias exploran aspectos alternativos, y a menudo opuestos, del tema central para dar a la historia más complejidad. Además pueden usarse para dosificar información o ponerle un freno dramático a la historia principal dejando la intriga en el lector sobre “¿Cómo avanzará la historia?”
¿Cuáles son los mayores problemas con las tramas en los relatos cortos?
Pueden ser dos: o demasiado detalle para la trama secundaria, por un lado; o ausencia total de ella, por el otro.
A veces nos encontramos con historias atrapantes pero vacías, pero también podemos cruzarnos con bodrios filosóficos (que estarían muy bien en textos de divulgación) sin ningún contenido dramático.
¿Como son las estructuras dramáticas de mis tramas?
Aunque parezcan muy diferentes, nuestras tramas deben tener la misma estructura: Introducción, desarrollo y desenlace. Sin embargo, las secundarias ocupan menor espacio que la principal.
El gran desafío de los relatos cortos es ver cómo se hilvanan unas y otras. Descubrir cuando una puede ser introducción y cierre, o cuando hay que ir cruzándolas, o también, cuando nos conviene contarlas completas. Ese es el gran desafío que se presenta ante cada nueva historia para escribir
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