¡Chupala, San Valentín!

Hay tradiciones, como navidad o el día del niño, que las espero con ansias y las vivo con emoción. Mientras que hay otras, como san Valentín y el día del amigo, que me indignan más que el hambre el en mundo. Sin embargo,como sostuve siempre: si es un día más de joda… cuenten conmigo.

La idea de amor romántico con San Valentín atravesando con sus flechas los corazones de los enamorados quedó absolutamente demodé. En tiempos donde el feminismo ha puesto nuevos temas de debate y reflexión, es bueno repensar y buscar nuevas historias que se complementen con la de este santo tira flechas de corazón.

De San Valentín sabemos que era un obispo católico que, en pleno imperio romano casaba a las personas en secreto. Para el año 270 d.C. un emperador estaba que trinaba con el tema de que sus soldados rendían menos cuando estaban enamorados que cuando no lo estaban. Entonces decidió prohibir el matrimonio.

De ahí la figura de este santo católico que unía a las personas en matrimonio y se lo convirtió en este especie de gurú del amor que ha llegado hasta nuestros días.

Pero en la otra vereda, me gustaría compartir también la historia de Lilith. Se trata de una leyenda hebrea que  hace referencia a una primera mujer, creada por Dios, antes de Eva. Esta leyenda, lógicamente no está en la biblia pero me gustaría traerla para contrastarla con la tradición de San Valentín.

Eva, en realidad, fue la segunda mujer. La primera se llamaba Lilith y había sido creada por Dios en el mismo momento que creó a Adán. Por eso dice la Biblia “varón y mujer las creo”.

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Lilith, Por John Collier

Según la Leyenda Hebrea, Lilith no paraba de cogerse a Adán. En todas las formas y colores posibles: arriba, abajo, oral, anal, parados, sentados, colgados de un árbol, a orillas de un río. Sin embargo, Adán y Lilth nunca hallaron armonía juntos porque la posición preferida de Adán era él sobre ella acostados, postura que  Lilth despreciaba.

– ¿Por qué tengo yo que acostarme abajo tuyo, si yo también fui hecha de polvo y soy tu igual?- reclamaba Lilth.

Finalmente, Lilith abandonó a Adán cuando quiso obligarla a tener relaciones en su posición preferida. Saliendo del Edén fue hasta el Mar Rojo donde se entregó a la lujuria con los demonios. Desde aquellos tiempos, según la leyenda Hebrea, todo el semen que no acaba dentro de la matriz de la esposa, es de Lilth. Todo el semen que ha desperdiciado el hombre a lo largo de su vida, ya sea en sueños, o por vicio o adulterio, sirve para saciar a esta primera mujer, por los siglos de los siglos.

Me gusta pensar en la historia de Lilith como la silenciada, la que se eligió ocultar por dominación del hombre frente a la mujer. Me gusta creer que San Valentín es una fecha inventada por hombres para extender su dominio frente a la mujer.

Me gusta pensar eso, pero no estoy seguro que sea cierto. De lo que estoy seguro es que ahora, puedo masturbarme con un buen argumento: “Es para Lilith, contra la dominación”.

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Publicado por juacostringa

Creador de Historias

5 comentarios sobre “¡Chupala, San Valentín!

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