Desde el primer día de clases Belén empezó con el tema de que la oración a la bandera no le gustaba y que iba a hablar con el director para cambiarla. Como nunca imaginé que iba a pasar lo que pasó la alenté a reclamar y le advertí que no iba a poder hacer mucho. Me equivoqué.
En la entrada al colegio de Valentina, nuestra hija mayor, recitan todos los días una oración creada por Nicolás Avellaneda que dice «Esta bandera es, sobre todo, la bandera de mi Nación. Un pueblo compuesto por millones y millones de hombres libres…”.
A la vista de cualquier mortal el párrafo es uno más de los textos poético-patrióticos de la época. Pero para un oído entrenado, como el de Belén, la ausencia de mujeres en la oración era una señal de alerta que la escuela debía remendar.
Todos las noches Belén comentaba que iba a hablar con el director, y yo la incitaba, creyendo que nunca iba a hacerlo… hasta que lo hizo. Una mañana, después del saludo mi esposa se metió en la oficina del director. Ante el reclamo, el mandamás de la escuela adujo que esa oración venía del ministerio y que él no podía hacer mucho.
-Por favor, pretendo pasar este tiempo hasta mi jubilación sin mayores sobresaltos y alejado de los problemas, menos ahora que para el retiro sólo me faltan 15 años.- Agregó el director acompañando a Belén a la salida.
El director de la escuela y yo pensábamos que ahí se terminaría la historia… pero no. Al día siguiente a mi mujer la recibía el secretario del subsecretario de la secretaria de subsecretación educativa, el descendiente de ingleses Robert Bureaucracy. Mientras se ponía un guardapolvo blanco sobre su traje azul, Bureaucracy trató de disuadir a Belén con que el lenguaje inclusivo no era algo a lo que él se opusiera, pero que seguía las indicaciones de la Real Academia Española. Tanto Bureaucracy, como el director de la escuela, como yo, subestimamos a Belén que tres meses más tarde partía en un vuelo de Iberia por una entrevista con Arturo Pérez Reverte.
Siempre me pareció algo contradictorio que Pérez Reverte se opusiera tan abiertamente al lenguaje inclusivo, justamente un hombre como él… que su apellido es todo con E. Por otra parte, también es raro que una persona como él diga que las cuestiones de género degeneran el lenguaje. De lo que pasó dentro de la oficina del hombre de letras se sabe que fue una reunión tensa y desafiante.
– Enfermé de verle Belén. ¿Bebe té?- Vehementemente repele Reverte.
– De beber, preferentemente, pepper te.
– Es menester, Belén, que cercene el temple.
– ¿Que cercene el temple? ¡Tres meses esperé…!
– Pretende leyes dementes. -El estrés de Reverte crece.
– El deber es entretenerse en entretejer redes. Entrené gente que pelee, Pérez Reverte: Tevez, Federer, Pelé, ese mequetrefe jefe de fedex, el de CNN, el ex-gerente de Mercedez Benz… Jejeje, espere… me tenté.
– Vete Belén, me envenené.
Dijo el catedrático mientras le abría la puerta para despedirla sin más posibilidades de extender el debate. Cualquier persona hubiera sucumbido… o por lo menos eso pensamos el catedrático Pérez Reverte, el secretario del secretario de la subsecretaría de educación Mr. Burocracy, el director de la escuela y yo mismo… pero Belén no es cualquier persona. No conforme con la respuesta del miembro de la RAE mi esposa, decidida a llevar su reclamo hasta la última instancia, se apersonó escoltada con abogados en la corte de La Haya.
Todos seguíamos los argumentos en el salón de la corte con atención hasta que finalmente los jueces internacionales decidieron que el único capaz de solucionar el conflicto era el propio Nicolás Avellaneda a quien, previa autorización del Vaticano, resucitaron por cinco minutos a fin de consultarle al propio autor sobre la posibilidad de sumar a las mujeres en la oración.
En cuanto a las declaraciones del patriota se conoce poco, debido al hermetismo de la corte en cuanto a los casos de resucitación. Bajo secreto de sumario y amenaza de duras penas en caso de contar lo sucedido en esos días Avellaneda ingresó en la sala luego de que el Cardenal alemán Franz Auferstehung rociara con incienso y mirra la oración a la bandera, foco de la cuestión.
En esta instancia contaré solo lo que figura en el libro de actas para no tener que pagar con la cárcel. Avellaneda finalmente dio luz verde a la modificación y pidió que se incorporaran a las mujeres en el saludo a la bandera. Belén festejó sutilmente, mientras el cardenal Auferstehung, enviado del Vaticano para la resurrección, el miembro de la Real Academia Española Pérez Reverte, el secretario del secretario de la subsecretaría de educación Robert Burocracy, el director de la escuela y yo no lo podíamos creer.
En palabras de Avellaneda (que insisto figuran en los registros oficiales y no revelo ningún secreto al contarlos) el argumento principal fue “Dado que la oración no persigue fines lingüísticos sino que busca poner en tela de juicio una situación debería reemplazarse la palabra hombres, no por hombres y mujeres, sino por personas con el fin de incluir dentro del saludo a la bandera a los más de cincuenta géneros no binarios de la actualidad. Entiendan que el fin de incorporar estas ideas no es gramatical sino el de denunciar una cuestión aún más amplia”.
Al día de hoy Belén sigue citando las palabras de Avellaneda como propias cuando se trata de una reunión familiar en la que sale el tema, pero ahora es momento que se sepa la verdad: no es la opinión de ella, es la del propio Avellaneda. Lo cierto es que con la resolución de la corte internacional Belén fue al colegio y el director decidió cambiar, finalmente, el saludo a la bandera… por otra oración, en este caso una de Sarmiento.
Me gustó mucho el relato, Juaco. Especialmente la conversación de Belén con Pérez- Reverte.
Con tu permiso, te dejo este relato/entrevista de mi blog, que tiene mucho que ver con tu relato.
Un saludo 🙂
https://elcapitancarallo.com/2019/01/09/el-hombre-que-hablaba-solo-con-la-e/
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Jajajaja me reí en voz alta y haciendo ruido con el relato que me pasaste!
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¡Qué divertido relato! jajaja, además tiene una moraleja muy juguetona. Al final no me atrevería a decir que se trata de un relato que defienda el lenguaje inclusivo ni tampoco que sea un ataque al mismo… Es un juego genial, muy bueno.
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Ey Gracias! Yo no se si lo usaría (el lenguaje inclusivo) porque hablé toda mi vida de otra manera pero la verdad me encanta que se ponga en juego el lenguaje y que otros lo usen!
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